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Mamá de dos, círculo perfecto
- Author: Pamiparras
- Date: 22 de febrero de 2012
- Etiquetas: crianza, familia, hermanos, hijos, maias, maternidad, pareja, paternidad
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Retomo este blog desde una nueva vida. Han pasado decenas de semanas y cientos de días desde mi último post. Ha pasado que ahora tengo una bebe de 5 meses. Ha pasado que ya soy #mamadedos criaturas hermosas. Ha pasado que me cambié de casa nuevamente, de rumbos, de rutina. Ha pasado que la última vez que escribí acá era otra mujer. Apenas hace unos minutos se terminó el día que cumplimos un mes en esta vida nueva.
Creo que desde agosto comenzó esta espiral que de hecho aún no termina, pero que poco a poco va poniendo cada cosa en su debida perspectiva. Aún sigo sin hallarme algunas veces. Aún me hago preguntas demasiado filosóficas sobre la vida y nuestro existir. Aún sigo pensando que es indispensable viajar ligero por la vida, pero con los pies firmes sobre la tierra.
Tener dos hijos me ha cambiado, no es sólo uno más. NO! No es el doble de todo. NO. Porque yo no tengo dos brazos más, ni dos piernas más, ni otra cabeza nueva, ni más ojos, ni más oídos, ni más boca. Vamos, que ni físicamente soy la misma. Tener una segunda hija ha sido la revolución más grande de mi vida.
Cuando nació M sentía que todo fluía, aunque al principio tenía dudas, con el correr del tiempo sentía que las cosas salían bien con naturalidad, que no tenía que esforzarme, me sorprendía a mi misma resolviendo cosas sin que nadie me dijera cómo y salían bien! Sentía que esto de ser mamá resultaba agotador, pero no difícil!
Nació P y todo cambió. Nació P y a todos nos cambió. A mi me cambió la forma de pensar y ejercer la maternidad, tener una HIJA me confrontó con mi ser mujer y me hizo re pensar mi relación con mi madre! A Gabo le creció el corazón, lo confrontó con su idea de perspectiva de género, lo volvió loco. Y a mi amado M lo completó, lo convirtió en el hermano mayor más feliz del universo y lo hizo saberse acompañado para el resto de su vida.
Cuando nació M nos convertimos en una familia y cuando nació P cerramos un gran círculo perfecto. Como individuos y como familia P nos completó
"Qué gran tropa tengo"
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Hermoso texto!
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