Este texto se publicó en la revista Mujeres Publimetro en el mes de mayo de 2014.
La vida me había cambiado y no alcanzaba a dimensionar todavía cuánto. El chiste es que me encontraba viviendo en una ciudad pequeña, donde no conocía a nadie más que a mi marido; dónde no había manera de encontrar trabajo y por primera vez no sabía qué hacer conmigo.
En aquella época tenía sólo un hijo, apenas de año y medio, cuando llegamos a la Bella Airosa : Pachuca, en Hidalgo. Sabía poco o nada de las redes sociales, en realidad había activado mi cuenta de Facebook pocas semanas antes y de Twitter ni siquiera había escuchado.
Pero el tema de los blogs no me era desconocido. En 2003 tuve en espacio parecido a un blog en la página de un canal de noticias, en el que escribía sobre mujeres una vez la semana. En 2009, cuando buscaba algo qué hacer con mi demasiado tiempo libre, se me ocurrió comenzar una especie de diario sobre mi vida como mamá, pero enfocado a cómo crecía mi niño.
Extremosa
Un poco motivada por la distancia de las abuelas y el resto de la familia, inicié Maternidad al extremo , un blog sobre el día a día de mi hijo, y de mis cavilaciones como mamá primeriza. Pude mantener cierto ritmo de publicaciones, pero justo antes de cumplir un año en aquella ciudad, tuvimos que regresar al DF y entonces de nuevo mi vida cambió. Descubrí Twitter .
Entonces dejé en stand by mi blog , pues a los poco meses comencé con un trabajo como community manager de una institución cultural que me requería todo el tiempo posible.
Sin embargo, la necesidad de escribir me picaba las manos. Había mil reflexiones más largas que un tuit o un post de Facebook que se quedaban en la cabeza. Así supe de las tribus #mamástuiteras y #mamásblogueras .
Al poco tiempo me convertí en #mamádedos y volví a escribir con intensidad, especialmente sobre temas como la lactancia, el colecho, el parto natural… Al mismo tiempo, mi hijo mayor crecía de una manera exponencial.
Entonces, a un grupo de mujeres se les ocurrió hacer un blog colectivo. Si bien casi todas somos mamás (sólo una no), el chiste era poner un tema como eje y cada una plantear lo que se nos ocurriera. Así surgió Diarios en tacones , donde hace un año escribo cada semana.
Por esas estábamos cuando nació mi segunda hija; me convertí en #mamád3 . Algunas amigas me decían que les gustaba mucho lo que escribía, que se identificaban con lo que publicaba y que debería escribir más, por eso comencé a bloguear también en Psicoprofilaxis montaña .
Experiencia compartida
Descubrí que hay un mundo de mujeres que están por convertirse en madres, algunas otras que se acaban de estrenar y otras que llevan un poco más de camino recorrido; que más allá de ser mamás, nos unen sentimientos complejos como la eterna duda: “¿lo estaré haciendo bien?” o los malos pensamientos que nos asechan cuando nos comparamos con las mamás de revista o televisión.
Ante la conexión que he logrado con algunas mujeres, más el impulso de mis amigas, me he lanzado a mantener mi propio espacio, donde además de postear mis reflexiones, busco iniciar una conversación más íntima y generar un espacio para el desahogo sin juicios ni instrucciones.
Opción prometedora
Hace prácticamente un año que sin querer queriendo me volví mamá bloguera , una actividad que disfruto y de la que aprendo muchas cosas. Mi oficio de periodista me ha facilitado el hábito de escribir o investigar sobre ciertas cosas, y aunque a veces me da miedo escribir sobre ciertos temas, en general es algo que me permite conectarme con otras madres, estar con mis hijos y es una buena opción para generar ingresos.
Tanto las agencias de publicidad y las marcas están volteando a ver a las #mamásblogueras como un medio de difusión, pues lo cierto es que muchas veces nos inclinamos por productos o servicios que alguien más ya probó y eso genera confianza.
Yo acabo de estrenarme en este mundo, y me hubiera encantado conocerlo mucho antes, cuando mis niños eran bebés, ha habido muchos momentos de dudas como tu dices, y muchos pensamientos que podría haber compartido con muchas mujeres a las que ahora leo, y desde luego compartir experiencias y participar en el mundo blogger es algo que recomendaré a mis conocidas embarazadas o con bebés.
ResponderBorrarUn saludo.
Sade, muchas gracias por leer y comentar. Creo que tener una red de apoyo emocional es básico para cualquier ser humano, pero cuando nos convertimos en mamá me parece que es indispensable. Saludos y gracias por las futuras recomendaciones! Saludos
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