• Mi primera vez

El título de esta entrada podría aplicar para muchas ocasiones de ahora en adelante. Por el momento comencemos por el principio.

Matías ha cumplido ya un año un mes y si durante el embarazo pensé que ya había pasado lo más duro, hoy, a toro pasado, esos días eran un día de campo. Desde entonces a la fecha mi vida ha sido una auténtica montaña rusa, cosa que he disfrutado o por lo menos lo he intentado. Pero lo que más me ha gustado de la maternidad son dos cosas, por un lado ser una verdadera insider en estos menesteres, vivir a mil cada día, conocer de cerca sin que nadie me lo diga, sin que nadie me lo cuente cómo se ejerce la maternidad, en resumidas cuentas me encanta haber derrumbado mitos geniales al respecto y aprender a respetar los lugares comunes.

Otra cosa maravillosa ha sido ejercer 24 horas al día un acción total de voyerismo, sí voyerismo, pues el puro acto de observación de un ser humano que fue creado dentro de otro cuerpo y luego nace, crece (en términos físicos estrictamente), aprende a hablar, aprende cada día las cosas que a lso "grandes" nos parece incluso automáticas, como dar un paso, cerrar el puño al coger un objeto, girar sobre nuestro cuerpo, sentarse!!!! Esto, incluso como periodista, ha sido una de las experienciencias más increibles que cualquier puede vivir.

Mucha agua ha corrido desde entonces y por supuesto que no todo ha sido miel sobre hojuelas, pero los temas duros nos darán de qué hablar más adelante, oh sí, por ahora, a un año de ser madre por decisión, también soy una madre por placer...

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