• Nuestros dos primeros años


Hace dos semanas fue tu cumple número dos y escribí más de dos cuartillas con ese motivo, pero la tecnolgía me jugó una treta muy mala y el documento se perdió. Pero mis ganas de contarte tu historia estos dos años no se ha perdido así que va de nuevo.

Has cumplido los dos primeros años de tu vida y ha sido un acontecimiento verdaderamente enriquecedor. Naciste a las 10 de la mañana en punto del 18 de agosto de 2007 por cesárea a las 38 semanas de gestación. Tu padre observó cada minuto que estuvimos en el quirófano, y por supuesto fue el primero de nostros dos en verte. Miró como te pesaron, te limpiaron y te envolvieron cual tamal oaxaqueño.

Tú berreaste desde el primer instante que te sentiste fuera de la barriga y fue hasta que te acercaron a mi que te calmaste. Tu papá lo recuerda muy bien: "en cuanto escuchó tu voz dejó de llorar". A pesar de todo lo drogada y cansada que estaba recuerdo que fue así, el pediatra que te recibió acercó tu diminuta cabeza a mi cara, te hablé y dejaste de llorar. No sé si fue mi voz o mis palabras o las dos cosas, pero dejaste de llorar.

Qué te dije en ese momento: "hola mi bebe, bienvenido a este mundo. Te amo". Entonces te llevaron al cunero. REcuerdo que yo no te pude ver bien, veía claramente tu gorrito azul y la piel de tu frente roja, roja, pero nada más.

DEspués de un rato me pasaron a mi cuarto y poco a poco fueron llegando las visitas. Debes saber que las primeras visitas estuvieron desde las seis de la mañana en el hospital conmigo y tu papá: tu abuela hanna y tu abuelo raúl.

Ellos nos acompañaron en los momentos más intensos antes de tu nacimiento y fueron un gran apoyo para tu papá.

Las horas pasaron y como a las cuatro de la tarde mi habitación parecía más un salón de fiestas que de hospital, había como 30 personas, todas esperando tu llegada a la habitación.

Finalmente, te llevaron, todo envueltito en un megasábana blanca, tu papá y yo te desenvolvimos y entonces te estiraste tal como lo sigues haciendo ahora cuando despiertas. Estabas todo rojito, la multitud se arremolinó a verte y el veredicto fue unánime, eras igualito a tu papá y te parecías mucho a tu otra abuela, tu Oma Andrea. Es cierto hijito, la genética es la genética.

Recuerdo cuando te cargué por primera vez y te pude ver así cerquita, cerquita, cada detalle de tu carita. Desde ese mismo momento sonreíste y te dejaste querer. No hay una palabra que describa el torbellino de sentimientos que tuve: una emoción inmensa de conocerte al fin, una alegría infinita de saberte bien y sano, pura felicidad pura de tocarte y abrazarte. Recuerdo muy bien el primer compromiso que hice contigo: "No te prometo ser la mejro madre, pero te prometo que haré todo lo necesario para que seas feliz".

El tiempo que estuvimos en el hospital y las dos semanas siguientes ya en casa recibiste tal cantidad de visitas que serías la envidia de cualquier Rockstar. Todo mundo quería conocerte y tú sólo te dejabas llevar por esa ola de cariño y buenos deseos, comías y dormías y entretanto pasabas de brazos en brazos y sonreías como si supieras desde tu meritito comienzo que a eso veniste a este mundo, a ser feliz y a hacer a otros felices.

En fin que después de eso corrieron dos largos y cortos años. Nos cambiamos tres veces de casa, incluyendo la última que fue con todo y cambio de ciudad. Has entrado al cole. Tu papá cambió cuatro veces de trabajo, dejó de ser editor general de varias publicaciones, para ser director editorial de un diario, y yo más o menos igual, dejé los trabajos fijos de periodismo para ser freelance, tejedora de lindas bufandas, moderadora de foros por internet y xanguera.

Ahora vivimos en Pachuca, dejamos atrás nuestra maravillosa ciudad de México y en ella quedaron también familia y amigos, aunque aclaro que ellos no quedaron atrás. Gracias a la tecnología de hoy en día todos son aún parte de nuestras vidas y siempre están al pendiente de nosotros.

En estos dos años nuestras vidas han cambiado mucho y tu papá y yo hemos crecido, aunque creo que en lo fundamental no hemos cambiado mucho. En lo esencial seguimos pensando igual, nuestra posición personal y política ante la vida sigue siendo la misma y bajo esos pilares es que te estamos criando.

Pero debes saber mijito que no sólo tus papás somos los que te hemos criado y querido en este tiempo, han exisistido importantes personas en tu vida.

Pondría yo a tus dos maravillosas abuelas por delante, pues no cabe duda que viniste a llenarlas de luz, alegría, felicidad y que de vuelta te dan todo el amor de que son capaces. Cada una a su manera también te educan y te enseñan cosas, hanna te compra libros y junto con Angel, tu otro abuelo, éste por convicción y de puro corazón, te llevan a pasear en bici y en el bus que tanto te gusta. Tu Oma Andrea, te compra juguetes, te enseña lindas canciones, también te enseña dichos y frases de cultura general. Pero lo más importante es que con su conducta y ejemplo te hacen una mejor persona, y sé que gracias a estas dos mujeres serás un buen hombre y eso es lo más importante que ellas te pueden dar. Algún conocerás sus historias y sabrás de qué madera estás hecho, de la que resiste, de la fuerte pero flexible, de la que siempre se pone de pie, de la que cobija a otros, de la que deja huella, eso nunca lo olvides mi amor, conocer los orígenes pone en perspectiva la vida.

Como lo dije antes, Angel, es otra persona importante en tu vida, no sólo porque te lleva en bici y al bus, él te ha dado de comer, te ha cambiado el pañal, te ha cargado interminables paseos por el zócalo y coyoacán, te da su cama cuando vas a su casa y se llena de alegría cuando estás con él.

Está también tu tío Roy, ese muchacho simplemente perdió la cabeza desde que naciste. Él estaba de viaje cuando saliste de mi barriga y llegó un par de días después y a pesar de ser casi medianoche y con un fuerte dolor de huesos corrió a conocerte. Desde entonces hasta la fecha, sé que no hay día en que no piense en ti. El sigue viajando y siempre, siempre, siempre llega, diría él, con paquetiza, y para muestra están todas las playeras que te he ido guardando para que cuando crezcas le preguntes de cada lugar en que ha estado: Perú, Bolivia, Honduras, Panamá y claro su ciudad favorita Nueva York. Roy no sólo te ha cuidado y querido, también piensa en cómo complacerte con las cosas que te gustan como conseguirte una alberca para que nadaras por primera vez, él te compró tus primeros juguete de agua y salvavidas. Te lleva con tus tíos July y Pepe que te dan de comer lo que te gusta y deja que Caro que cuide y te cargue.

Tu tía Gaby es la mejor tía que pude encontrarte, es super divertida, ella te ha enseñado a patear la pelota y correr tras de ella, te regala tus juguetes favoritos y hasta dice que eres su hijo. Siempre está al pendiente de ti y pregunta cómo vas creciendo.

Por supuesto está Benita, una buena y gran mujer que te cuidó desde los cuatro meses de edad y hasta ahora, ella no es de la familia de sangre ni del círculo de amigos de tus papás, pero te adora y te quiere como si fueras de su sangre y por supuesto que es parte esencial de nuestra vida como familia.

Y bueno es que en realidad me voy dando cuenta de toda la gente que ha participado de tu vida y creo que no me alcanzarían todos los gigas y los megas para nombrar una a una y no sólo de la familia de sangre, están los amigos de papá y mamá como Paz que te adoptó como sobrino, Salvador, Mariela, Hilda, Nelly, Mónica, Ricardo, Cutberto y un largo, larguísimo etcétera.

Y así mijito, cómo verás estas rodeado de grandes mujeres y buenos hombres. Creo que en este corte de caja puedo decir que lo he logrado, he logrado que seas un niño feliz.

Así pues sólo me resta decir que es un orgullo ser tu madre y un privilegio tener un hijo como tú. Gracias por llegar a mi vida, hacerme tú una mejor persona a mi y hacer estos dos años los más intensos y divertidos de mi vida..

Te amo
Tu mamá

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