• Nueves meses

Nueve meses y una semana, pasaron y nuevamente vimos la luz...
Una vez superado el parto que fue mudarnos de casa y, nuevamente, de ciudad. Comenzamos a reconstruirnos. Y en medio de la contracción, en medio de la cuenta regresiva el nene se nos puso mal y acabamos en urgencias, diganóstico: broncoespamos. Provocado nunca sabré por qué. Pasar 20 horas en una sala de urgencias de hospital público cala el espíritú y es inevitable dejarse llevar como en una ola, por el pesimismo y la incertidumbre. Un domingo por la tarde-noche, finalmente nos dejaron salir, le dieron de alta pero nunca regresó a su casa. El no volvió ni a decir adiós.
A la distancia y entre idas y venidas, atinó a entender que tendría una nueva casa, aunque en ella estuvieran todas sus pequeñas pertenencias.
Finalmente el plazo se cumplió y henos aquí. Acomodados, juntitos los tres, en la "mia casa nueva" diría M. Con cuartos de colores, el suyo verde, su color preferido. Un jardín cada día más bonito. Una casa llena de luz con tina, mesa en la cocina y el mejor horno que he tenido hasta ahora.
Fueron sólo nueve meses, pero no fue una mudanza más. Somos otros, somos distintos, renacimos o mejor dicho, resurgimos, fuertes, intrépidos, seguros y fortalecidos.
En efecto fueron los mismos meses que se lleva un embarazo, pero como sucede segundos después de un parto: se siente bien estar entre los nuestros, arropados, apapachados, queridos, pero sobre todo covencidos de que hoy podemos ir a cualquier lado, al infinito y más allá y todo, todo estará bien.
POr lo pronto y pa comenzar, desempolve los tacones rojos, saqué mi colección del lipstic rouge..

I'm back!!!

1 comentario:

  1. Ojalá que el cambio traiga sólo cosas buenas a ese hogar y sus heroicos moradores! Un abrazo y mucha felicidad para cada una de esas habitaciones! Éxito!!

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