• La importancia de estar juntas


Mi infancia no fue la más estable ni la más rutinaria. Cada año escolar de la primaria lo hice en una escuela diferente y eso incluyó cambios de ciudad, incluso. Como hija de padres separados, algunos años tocaba vivir con una y otros con el otro.

Por supuesto que esta condición de "judía errante" me hizo desarrollar una capacidad de adaptación maravillosa y de empatizar rápidamente.

Pero una moneda tiene dos caras y mi don para acoplarme casi instantáneamente a cualquier lugar y gente ha sido proporcionalmente inverso a echar raíces y tener amigas de "toda la vida".

Ahora que mi vida es más estable, más rutinaria y que la única estructura q tengo es la de mi casa, pos está resultando difícil socializar.

Con mucho orgullo confieso q es gracias a las redes sociales como facebook y más reciente twitter que he logrado empatizar con mujeres q conocí por otros medios, pero que nuestra condición de madres y de compartir nuestras experiencias en estos espacios cibernéticos nos han unido más.

Así que cuando Grace planteó organizar reuniones de mamás con hijos, por lo menos una vez al mes, sentí q por fin podía ser parte de algo más profundo. Contrario a mi tradición de mejor ser la última en todo, para la segunda reunión me apunte luego, luego.

Lo rico de esto es que no es el club de "de la pequeña lulu", nop. Al contrario somos tan diferentes, ejercemos maternidades distintas, vivimos la feminidad desde posiciones muy disparejas.

Con este ánimo llegó la cita y la verdad es que fuimos cuatro mamas con sus chamacos, platicando de hombres guapos, del albúm de estampitas del mundial, de lo difícil que son las relaciones hoy día, de si zapatos altos o flats, del rico clima q hacía y luego de cómo se arruinó, de cómo debería ser la siguiente pareja de una las mamás, de cómo los papas visten a los niños igual q ellos. Acabamos viendo catálogos de zapatos, maquillaje y artículos para el hogar jajajajajaja.

Y sí fui feliz, muy feliz.

No sé si esta amistad sea de esas q son para toda la vida, pero hoy me siento feliz de tener amigas q vienen a mi casa y reímos, y sufrimos y chismeamos.

Al final todas y cada una de ellas por más diferentes q sean son un gran espejo propio.

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