• Los queremos vivos


Hace unos meses contaba el impacto que las marchas de los años ochentas, habían tenido en mi.Las lecciones y la conciencia social que despertaron, sembraron y hoy es mi rigor para transitar por este mundo.

Finalmente el día de mañana será la primer marcha de mi amado hijo M y tengo sentimientos encontrados.

Por un lado me emociona que vaya a caminar por una causa, que sé que no es la suya, pero es una causa justa sin duda. También siento un poco-mucho de enojo, coraje, tristeza por el motivo de esa marcha: el secuestro de compañeros periodistas por parte del crímen organizado. Y es que, de oficio, yo soy periodista.

Hace tiempo que no estoy en la línea de fuego, hace tiempo que no estoy "en la calle", hace más de un año que no hago un reportaje, una entrevista, mucho menos una nota o crónica. Pero sí, el periodismo es un oficio, una forma de vida que te permite tener una perspectiva muy singular del mundo, ni mejor ni peor, sólo única.

Ser madre y periodista mexicana es muy difícil porque hoy día las empresas de comunicación, que no necesariamente empresas periodísiticas, contratan, ahí sí, a periodistas en las peores condiciones laborales, sin ninguna garantía y sin ninguna entiéndanse ni las más elementales como seguridad social, vacaciones, aguinaldo, sueldo especial por horario nocturno o de fin de semana.

Si eso que es lo básico y lo que la ley "obliga" a los patrones no lo hay, pues menos esperar permisos de maternidad, permisos de cuidados maternos, guarderías ni la tranquilidad de saber garantizada tu fuente de trabajo después del parto o de una efermedad de tu hijo.

El último trabajo "formal" que tuve como periodista, fue por honorarios asimilados, turno nocturno con el mismo salario, de domingo a jueves, sin derecho a vacación, a permisos ni aguinadlo y el salario era de menos de 10 mil pesos mensuales, pero eso sí la exigencia era proporcionalmente inversa a las condiciones. Un error, cualquiera, podía costar el despido, por supuesto, sin indemnización ni finiquito.

Y no sólo eso, sino que había un trato de perdonavidas, de "te hago el favor de darte trabajo así que cuídalo, porque afuera hay cien que lo hacen por menos"

Por supuesto que esta situación laboral no es exclusiva de los medios de comunicación ni de lo periodistas, no lo es. Es un sector laboral más hecho pedazos como casi todos en este país.

La rotación laboral es de miedo, ¿por qué has cambiado tanto de trabajo, por qué no has hecho "carrera" en uno? me preguntaban el otro día unos familiares que no conocen este mundo de la "comunicación" La respuesta es muy clara, las y los periodistas somos tan desechables para el crímen organizado como para los patrones.

La situación del país está tan mal que saben que atrás de una hay, en efecto, al menos 10 que lo harían por eso o menos y sin quejarse. Porque no les cuesta pagar finiquitos ni indemnizaciones gracias a las condiciones de cero antigüedad.

Porque las empresas buscan "becarios" o chavos recién egresados a quienes les pagan con el prestigio de la empresa, sea cual sea.

Porque periodistas o no, vivimos aterrorizados con el coco del desempleo,"más vale malo que nada", " algo es algo" decían las abuelas. Y esos dichos nos pesan cómo lápidas a la ahora de siquiera pensar en exigir lo más elemental.


Así M mañana marchará porque sus papás son periodistas, porque su padre sabe de primera mano lo que es vivir bajos las amenazas del crimen organizado, porque su madre dejó de trabajar para garantizar que tendría una madre sana que lo cuidara y no sentir que lo abandonaba por tres pesos.

Porque los que damos las noticias no debemos ser moneda de cambio ni piezas reemplazables DE NADIE.

Porque el Estados y los Patrones tiene que garantizar las condiciones de trabajo.

Porque ser periodista no debe ser una condición especial dentro de cualquier organización social.

Porque #losqueremosvivos
Porque #nosqueremosvivos

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