• Su triunfo. Mi logro. Nuestra conquista.



Seis meses y contando de Lactancia Materna Exclusiva y a Libre Demanda. Su triunfo. Mi logro. Nuestra conquista.

Deseaba tanto volver a estar embarazada, deseaba tanto de nuevo tener un bebé y que M tuviera herman@. Al mismo tiempo había muchas cosas que no sabía, muchas otras de las que no tenía ni la menor idea de que sucederían.

Pero una cosa la tenía clarísima, iba a hacer todo diferente, TODO y para ello estaba dispuesta a lo que fuera. Esta vez serían mis condiciones y nadie me convencería de lo contrario, sería mi intuición la que me guiaría durante esta nueva oportunidad.

Empecé por informarme de cosas que en el anterior embarazo no me ocupé: el parto. Luego de mucho leer, estaba decidida, quería un parto natural. Para ello era indispensable un curso sicoprofiláctico. Busqué y encontré.

Me guié por mi intuición, a pesar de las variadas opciones, escogí el que me vibró, punto. Ahí descubrí un universo de información que me maravillaba y al mismo tiempo me dolía. Me dolía, me duele, haber privado a M de todas las cosa que pudieron ser diferentes. Cada clase era para mi lo que para un astrónomo descubrir un planeta.

Mariana y la Güera se convirtieron en mis personas favoritas, así sin más. Esperaba con ansias las noches de los miércoles. Una de esas noches tocó hablar de mi otro gran tema padecido en el anterior embarazo: la lactancia.

Fue algo así como el descubrimiento de que el planeta Tierra giraba alrededor del sol y no al revés! Claro que aquí nadie acabó en la santa inquisición aunque yo casi me doy cien latigazos por no ocuparme de eso cuando nación M, pero eso ya no tenía solución, así que sólo había una cosas por hacer, mirar pa'lante.

Lloré, sólo G sabe cuánto lloré por eso, porque ni Dios. Supe entonces que la Lactancia Materna es todo un tema al rededor del Mundo. Supe, no que es muy importante, sino vital lograrla. Supe que la Organización Mundial de la Salud tiene todo un plan de trabajo y una campaña permanente en todo el mundo para reforzar la LM y hacer entender a los gobiernos de la importancia de impulsarla mediante sus instituciones de salud.

Supe que la Lactancia Materna protege a los recién nacidos contra muchos males en la primer etapa de su vida así como para el resto de su futuro. Supe también que hay un momento clave justo después del nacimiento llamado impronta y que es único en la vida de cada madre e hij@ y que no se repite. Supe que ese momento es la cresta de ola para hacer que "bajé" la leche al pecho y poder alimentar a las criaturas recién paridas.

Otros cien latigazos por dejar que se llevaran a M 8 malditas horas cuando nació. Otros cien latigazos por hacerle caso al doctor y darle de comer sólo cada 4 horas. Otros cien latigazos por "completarle" con fórmula desde el principio.

¿Pues en qué momento perdimos la brújula? me preguntaba yo. ¿En qué momento se nos ocurrió que era mejor la fórmula que aquello que durante milenios nos había mantenido como la especie suprema en este mundo y que ahora nos sentíamos muy chingones burlando a la naturaleza? Y en ese momento recordé las palabras del antiguo pediatra de M:  ¿qué vas hacer cuando regreses a trabajar? Claro la productividad, la maldita eficiencia, siempre lo público primero, lo socialmente correcto, las expectativas del mundo. Al carajo!

Tenía dos retos enfrente: un parto natural y la lactancia materna. Costara lo que costara. Costó defender mis deseos y mi derecho a decidir con lágrimas. Costó noches de dudas, de angustia, de enojo y muchas de miedo. Costó horas de pláticas con Gabo y a veces hasta discusiones. Costó cambiar de ginecólogo tan sólo un mes antes del nacimiento de P, costó una nueva pediatra cien por ciento prolactancia. Costó varios miles de pesos más.

Llegó el gran día, con Mariana, la Güera y Hugo de la mano G y yo nos fuimos a parir. Mi trabajo de parto fue una maravilla, pero eso es texto de otro post.

Sólo voy a decir que lo logramos, sí logramos un Parto Vaginal Después de una Cesárea. Logramos que nos dieran a P recién salida. Logré tenerla en mis brazos aún calientita y G logró cargar a su pequeña todo el tiempo que quiso.

Pasada la emoción del momento y el debido descanso post parto comenzó mi segundo reto: lactancia.

El primer día fue difícil para todos. Aunque tenía calostro era muy poco y en la tarde después de un par de horas nos dicen que la nena no puede bajar a la habitación y que hay que subir por órdenes de la pediatra, aunque tranquila sentía un vacío en terrible en la boca del estómago.

Subimos G y yo al cunero y nos informa la doctora que P tuvo un episodio de vómito tipo proyectil, es decir que le salió por la boca y la nariz con mucha fuerza. Que debía estar en observación 24 horas continuas, que su nivel de glucosa había bajado muchísimo y que si no mejoraba en un día le tendrían que hacer unos estudios especiales pues quizás su intestino no estaba funcionando debidamente.

Me sentí como Alicia cayendo por un hoyo sin tener de donde agarrarme, afortunadamente estaba sentada y nadie notó nada. Lo único bueno de todo eso era que debía darle de comer cada 2 horas, uno para subirle el azúcar y otro para ver si estaba funcionando bien su sistema digestivo o si era una especia de intolerancia al alimento, si eso no funcionaba debería suministrarle alimento de otra manera y eso para mi era una fracaso rotundo, así que había que trabajar duro pero definitivamente no saldría al día siguiente como estaba planeado al principio.

La sola idea de salir del hospital sin mi niña me partía en mil pedazos y a G igual, sin consultarlo dijo "nos quedamos un día más todos". Así luego de ese momento tremendo, me dieron a mi niñita y apenas logré tenerla cinco minutos, pero fueron los cinco minutos más largos, pues cada dos se quedaba dormida y yo sentía una ansiedad terrible.

Nos bajamos a la habitación y ambos tratamos de mantenernos serenos, no hablamos del tema y hoy a seis meses sabemos que cada quien en silencio sufrió una terrible angustia por nuestra pequeña. Con reloj en mano a las dos horas puntuales subimos al cunero, de nuevo una cruzada de 5 minutos. Y así lo hicimos toda la tarde y toda la noche de sus primeras 24 horas de vida.

Para el segundo día las noticias eran muy buenas: el azúcar había vuelto a sus debidos niveles, la nena ya no había vuelto a vomitar y  estaba ganando peso poquito a poquito. La pediatra nos felicitó y dijo que si todo iba bien como hasta ese momento, sin duda nos iríamos al día siguiente, pero que debía darle de comer cada dos horas sin derrotarnos ni desesperarnos.

Yo sentía que apenas era unas gotas las que tomaba P, pues luego luego se quedaba dormida y había que hacer circo, maroma y teatro para que siguiera mamando. Debo decir que su papá fue clave en esta labor, (como en todo), él se encargaba de darle masaje en los pies para que despertara, le hablaba para que la nena abriera los ojos y así juntitos alimentábamos a nuestra pequeñita.

Hasta ese momento yo no sentía que mis pechos hubiera crecido exponencialmente y el fantasma del pasado me perseguía en mi cabeza, yo sólo me repetía en silencio "voy a poder, vamos a poder" una y otra vez.

Ya sin mayores contratiempos salimos del hospital dos días después con la nena sana y salva pero con 200 gramos menos de peso. Mi niña era una ratita que rayaba en lo prematuro por su peso, 2, 200 kg. La advertencia de la doctora fue "se pueden ir pero le tienes que dar de comer cada dos horas religiosamente y en una semana nos vemos".

La primer noche llegó con la primer "crisis" mis senos eran dos grande globos, las venas se veían a primera vista y estaban hirviendo. Dolía, no tanto como parir, pero sí bastante incomodo. Me di un bañó, G salió volando a la farmacia por un sacaleche y mi vecina adorada corrió a darme unas hojas de col para hervirla y ponerlas sobre mis burbujeantes senos.

Hice todo, me puse la col, me saqué unas gotas de leche y al final tocó el momento de volver a comer de P. Después de ese episodio, todo concurrió como debía, cada dos horas día y noche P comía, para entonces comencé a chorrear. Cada toma resultaba un reto, que la nena no se durmiera, que fueran más de cinco minutos continuos. Y ahí íbamos caminando juntas, lo que nunca logré fue que tomara de las dos tetas en cada toma. El día que se quedó prendida 10 minutos de una teta fue como llegar a la cima del Everest.

Puntuales a la semana estábamos en el consultorio, la entrada, la revisión, la desvestida, las preguntas de la doctora me desesperaban, quería saber si la nena había ganado peso, cuando llegó el momento de revisar la báscula dijo "felicidades tu gorda subió 80 gramos"!

Sí, lloré de felicidad, G me abrazó y me felicitó también. Sé que él sintió lo mismo que yo, un inmenso alivio y una gran tranquilidad de que estábamos haciendo lo correcto.
Fue apenas en ese momento que me deshice del fantasma del pasado, lo eché a patadas de mi vida y me concentré en el presente.

Estaba decidido, sería Lactancia a Libre Demanda, ¿qué significa? las veces y a la hora que la nena lo pidiera, punto. Ni en ese momento ni ahora es algo que esté a discusión con nadie.

¿Que es pesado? Sí, lo es. ¿Qué resulta demandante? Sí, mucho. ¿Que resulta esclavizante? No. Nadie me ha obligado a hacerlo. No lo hago en contra de mi voluntad. No lo sufro. No reniego. No, nadie me maltrata o agrede físicamente para hacerlo.

Sí, es cierto no salgo sin P a la calle. Sí, dejé de salir por las noches. Sí, dejé de ir a fiestas y celebraciones. Sí, desde que nació he ido al cine una vez y me la llevé. Sí, duerme con nosotros cada noche. Sí, justo cuando me siento a comer a ella se le ocurre que tiene hambre. Sí, también soy su chupón. Sí, también soy su consolador. Sí, para escribir este texto he parado un par de veces. Sí, escribo a veces con una mano mientras la cargo con la otra. Sí, mi vida resulta caótica la mayor parte del tiempo. Sí, el tiempo no me alcanza para mucho. Sí, meterse a bañar toma otra dimensión.

YO decidí tener otro hijo, YO quería tener otra criatura, pues entonces lo menos que puedo hacer ante una decisión tan arbitraria como esa es darle lo que necesite para su bienestar, su desarrollo óptimo, y proveerle de una buena salud.  En perspectiva ¿cuánto es un año de vida, comparado con los 70-80 años que se vive en promedio hoy día? Desde la mía, resulta poco cuantitativamente, pero cualitativamente hace un universo de diferencia.

Cada consulta con la doctora ha sido una alegría y una tranquilidad. Hoy a seis meses y medio de vida P pesa 7.5 kilos y mide 67 cm. A decir de la doctora, o mejor dicho, de las estadísticas mi "pequeña ratita" ahora está encima de la media en las tablas de medición. Es una nena sana, sonriente, saludable, sin mayor problema que algunas comidas que hace su madre de vez en vez y que le caen un poco pesadas.

Hace poco una mujer a la que respeto y quiero montones, me dijo "qué bueno que le das pecho a P. Yo sólo le di al primero de mis hijos, a los otros dos no y no sabes la culpa que siento", le pregunté por qué no les dio, su respuesta me dejó helada "era la liberación femenina, había que romper con nuestras madres, había que ser diferentes. Yo les daba pecho a escondidas, apenas un mes a cada uno y ambos tiene problemas de salud siempre. Decían que la fórmula era mejor".

Agradezco vivir en tiempos donde la ciencia y la tecnología nos permiten una expectativa mayor de vida. Tiempos en los que un embarazo complicado puede resultar en un buen nacimiento por cesárea. tiempos en los que hay fórmula láctea para los pequeños que se quedan sin madre por diversas razones.

Agradezco la educación de mi  madre que me permite ahora tomar mis decisiones más allá de modas y expectativas políticamente correctas. Han sido muchas las voces de ¿hasta cuándo le vas a dar pecho? ¿por qué tanto tiampo? ¿qué dice la pediatra? Y no han faltado las cejas levantadas y los ojos abiertos cuando se enteran que P duerme en la misma cama que sus papás.

Le voy a dar pecho hasta que tenga que darle y si no les es suficiente mi respuesta pues es la única que hay. ¿Por qué ese tiempo? Porque quiero. ¿Qué dice la pediatra? No importa lo que diga, aunque para calmar sus conciencias les digo que ella está de acuerdo con mi decisión.

Sin duda alguna soy una privilegiada de poder hacer esto. Desafortunadamente en este país las leyes favorecen a todos menos a las madres y menos las respeta o las considera.

Aprovecho este post para hacer públicas mis infinitas gracias a G! Gracias por TODO, por tu inamovible solidaridad, tu apoyo incondicional a mis decisiones, tu enorme entusiasmo por acompañarme en cada una de esas decisiones. Gracias por caminar de la mano a mi lado contra cada tempestad. Gracias por soportar con una sonrisa mis locuras. Gracias por confiar en mi intuición. Gracias por respetar mis ansiedades. Gracias por padecer mis dolores y alegrarte con mis triunfos, que sin duda también son los tuyos. Gracias por estos dos hijos hermosos que hemos tenido juntos. Te amo con locura. GRACIAS TOTALES

Así pues seis meses y contando de Lactancia Materna Exclusiva y a Libre Demanda. Su triunfo. Mi logro. Nuestra conquista.

7 comentarios:

  1. Me encanto tu experiencia !!! Yo estoy recien casada y mi mayor meta e ilusion es SER MAMA !!! Puedes recomendarme que leer sobre la lactancia?? Mil gracias de antemano !!! Y que sigas adelante con tu gran conquista :)

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  2. Que post tan hermoso! felicidades amiga, un abrazo enorme a ti y tu princesa, otro para el papá que mucho ayuda con su apoyo y comprensión
    Me encanto hasta las lagrimas!!

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  3. No puedo más que decir, P y M tienen una gran madre!!!!

    Me encantó el post, la forma en que lo cuentas, me imaginé perfecto esos momentos de angustia y emoción.

    Mi hermosa nuera es una niña, además de preciosa, saludable, despierta, feliz... gracias al amor, los cuidados y dedicación de sus padres, y en especial de la gran mujer que tiene por mamá.

    Se dice un camino fácil, pero no lo es, implica mucho.. de verdad las felicito, los felicito.

    Las quiero muchísimo

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  4. Que hermoso triunfo! Muchas felicidades!! Que sea hasta donde quieran.

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  5. Dianagn Muchas gracias por tu comentario. Mucha suerte llegado el momento. Para leer sobre lactancia y crianza respetuosa creo que debes leer a Carlos González, te dejo una liga para que veas toda su biografía. http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Gonz%C3%A1lez_(pediatra)

    Dessy, Mil gracias por tu apoyo y tus lindas palabras!

    Consu, qué lindas cosas me dices, nos dices. Gracias por leer y por tu cariño. Te queremos.

    Nydia gracias por las felicitaciones!

    Besos y abrazos

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  6. Felicidades por ese gran logro!. El post me llegó.

    Creo que las madres de este país debemos luchar todos los días y desde nuestra trinchera, para lograr el reconocimiento y respeto pleno a la maternidad, no con festjos de día de madre o día internacional de la mujer, sino con políticas públicas que nos permitan a las madres gozar de los derechos fundamentales de mujeres y de madres (derecho a decidir la forma de parir, sobre la alimentación de nuestros hijos, derecho a medias jornadas laborales remuneradas de manera justa.

    Debemos crear comunidad y conciencia.

    Gracias por compartir tu experiencia de una manera tan franca y tan emotiva.

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  7. Acabo de descubrir tu blog. Qué pedazo de post, enhorabuena por esa LM de 6 meses :)

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