• Feliz Navidad



Hoy es noche buena y mi hijo mayor no puede con la emoción y ansiedad. Aunque ha sido difícil tratar de calmarlo las últimas cuatro semanas, hay una parte que me encanta: el brillo en sus ojos por la magia que implica la Navidad. 

Sí, ya sé que es puro consumismo, pura gastadera y pura ilusión, pero ¿para qué es la infancia sino para vivir de ilusiones y de emoción por el brillo de las lucecitas en árbol?

Curiosamente esta Navidad mi niño recibirá menos regalos que ninguna otra Navidad anterior, primero porque redujo su lista a las cosas que realmente desea; segundo porque hemos aprovechado este evento para explicarle que hay más niñ@s en el mundo, empezando por sus hermanas y terminando por aquellos que no son tan afortunados como él en tener mamá y papá.

Sus hermanas no tienen tanta claridad sobre lo que va a suceder, aunque Paula ya ubica perfecto que Santa va a traerle juguetes muy pronto y ella pide y pide cada comercial de juguetes. 

Victoria, ha sido la más difícil, ya no es una bebé de meses pero tampoco es una niña que sepa lo que quiere, más bien quiere todo lo que tienen sus hermanos, lo cual no resulta tan fácil como parece, porque no siempre puede/debe usarlos. 

Así que lejos de complicarme la vida he decidido disfrutar el brillo de los ojos en cada una de mis criaturas, escuchar la ilusión ante la fantasía de que un gordito vestido de rojo regale juguetes a las niñas y niños del mundo, pues quizás sea el último año que mi hijo viva esta emoción antes de que descubra la verdad y espero con ansias ver sus caritas de alegría mañana cuando vean sus regalos.


¡Feliz Navidad!

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