• ¡Por fin lunes!



Cualquier mamá coincidirá conmigo: no existen los días "de descanso", cuando se es m(p)adre. Sí, existen los fines de semana, pero eso no es sinónimo de descanso en ningún sentido.

Yo, con el tema del descanso, ya me he dado por vencida en muchos sentidos, ya ni siquiera lo pienso ni mucho menos vivo con la fantasía de "eh por fin viernes", ¡al contrario! pienso "oh dios, es viernes" jajajaja.

Lo que ahora me agobia es el desorden que provocan los fines de semana en las rutinas y comportamiento de las criaturas. Un poco porque aunque no signifiquen días de descanso para mi, si hay hay una relajación en cuanto a tiempos y actividades, es decir no hay prisa.

El punto es que siempre se me pasa el tiempo de la hora de la comida de las niñas, sobre todo, igual que la cena. Me agota pensar en las las tres comidas de los dos días, porque si el mayor pide pizza, cosa que sucede cada semana aunque le concedemos el deseo una vez cada dos meses, entonces debo pensar en algo para sus hermanas que no comen pizza y para nosotros.

Además con la actividades fuera de casa, el cambio de horario, también la hora de dormir, las rutinas nocturnas, el baño y todo se me sale de control con una pasmosa facilidad.

Así que yo llego a los lunes verdaderamente agotada, no sólo físicamente, sino también mentalmente luego de pensar en 20 actividades en casa para que no se aburran, más salir al parque o salir todo el día y lidiar con el cansancio, el sueño, el hambre, el calor o el frío que eso conlleva.

Debo decir que no sólo yo lo paso complicado, también las criaturas, porque también a ellas se les rompe la rutina y eso lo veo reflejado en su comportamiento, la diferencia es que yo soy la adulta, así que el ejercicio de autocontrol me toca a mi, eso no está a discusión.

Así que bueno básicamente quería decir que los fines de semana para mi están lejos de ser días de descanso, me levanto a la misma hora, pero lavo el triple de trastes, barro la casa el cuádruple de veces y levanto juguetes muchas más veces, y el día se va entre lavar manos, ir hacer pipí, popó, servir vasos de agua, ofrecer colaciones entre comidas, dosificar dulces y golosinas, adivinar el motivo del llanto, mediar entre peleas y así.

No crean que me la paso llorando ni quejándome, claro que hay momentos divertidos, tiernos, dulces y en general lo paso bien, sólo que el cansancio también se multiplica al cubo y eso resulta, unos fines de semana más que otros, agotador.

Hoy comienzo una nueva semana con muchos planes y muchos "to do" por delante, espero que la pila me dure hasta el próximo viernes, porque ni se van acabar los fine de semana y mis hijos cada día tienen más energía, sólo me queda comer bien, y dormir bien, o por lo menos intentar lo último.

Por cierto, mis lunes son los viernes de la gente que no tiene hijos, jajaajaja. "eh es lunes"...

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